«-¿Te gustaría vivir en la Casa del espejo, Kitty? Me pregunto si te darían leche allí. A lo mejor la leche del espejo no se puede beber… ¡Pero mira, Kitty!, también tiene un pasillo. Se puede ver un poquito del pasillo de la Casa del espejo si dejas la puerta de nuestro salón abierta por completo: y es muy parecido a nuestro pasillo por lo que puedes ver, aunque es posible que sea diferente más allá. ¡Oh, Kitty, qué divertido si pudiéramos cruzar a la Casa del espejo! ¡Estoy segura de que allí hay cosas preciosas!»

En una segunda parte de las aventuras de Alicia, por alguna razón desconocida atraviesa el espejo que está en el salón de su casa, y se encuentra en un mundo que se rige bajo la lógica de los escaques y piezas de ajedrez, aunque, como en su anterior aventura, mucho de lo que ve y vive es un sinsentido. El objetivo a alcanzar es convertirse en reina, junto con las reina roja y la blanca, en su camino se encuentra con seres extraordinarios y muy curiosos, como el famoso Humpty Dumpty. Al igual que el primero, es un libro entretenido y de fácil lectura.

[Al principio pensé que el libro se enfocaría un poco más en movimientos de ajedrez y jugadas, por lo que había leído de la afición de Alicia Liddell hacia este juego, pero no fue así; cosa que no me molestó. Creo que Lewis Carroll tenía mucha habilidad en la creación de mundos fantásticos, que te hacen preguntarte en dónde está el límite de lo real.]

Deja un comentario